Este blog divulga “Internet como estilo de vida”. Y vivir son sensaciones y sobre todo, hacer sentir mejor a otras personas.
Os cuento algunos ejemplos de cómo he pretendido emocionar usando la red de redes.
Me gustan las sorpresas, darlas y recibirlas. Mi hermana pidió un regalo de cumpleaños tan concreto y material que anulaba cualquier expectación. No quedó más remedio que adornarlo con magia-tecnológica. Programé una aplicación web de un “juego de pistas” que proyecté en el televisor. Mi hermana debía descifrar las pistas para encontrar su regalo. Lo más complicado fue montar el servidor local ya que el módem no llegaba al salón y en aquella época el Wifi era ciencia ficción. ¡Toma, sorpresa!
En mi época de entrenador de baloncesto buscaba un canal de comunicación y motivación extra con mis jugadoras. Diseñé una web para ellas, con el objetivo de expresar lo que no alcanzaba a transmitir en los entrenamientos. Me remonto al 2001; en esa época supuso una novedad y un plus que otros entrenadores no podían ofrecer. La web funcionó, mejoró la relación de equipo y fue el “motor” de mi desarrollo profesional.
Mi madre quería saber para qué servía aquello del P2P y quién era esa “mula” de la que tanto oía hablar. Le propuse un juego de nostalgia: elegir una canción antigua y perdida en el olvido que deseara recuperar. No lo pensó mucho, desconocía el título y dudaba del autor pero recordaba parte del estribillo. Googleamos esas pocas líneas y fue suficiente para averiguar de cual se trataba. La puse a descargar en emule y en minutos pudimos escucharla. Mi madre se emocionó y yo también al verla.
Al nacer Garazi, hija de una amiga, pronto tuvo su bautismo digital.
Aquello de regalar pañales, peluches o baberos no iba conmigo. Mi obsequio fue su nombre en un dominio web, su propia página con las primeras fotos y un “libro de visitas” para que sus familiares lejanos pudieran admirarla y dejar un comentario. En la prehistoria de las redes sociales, aquello fue un detalle especial.
Yo conocí a mi pareja por Internet, pero no vía chat, sino cara a cara en un congreso de webmasters. Haciendo gala de romanticismo le configuré una cuenta FTP para intercambiar archivos, donde encontró entre otras muchas cosas una felicitación navideña personalizada con mucho cariño y capas de Photoshop. Ahora todas las parejas pueden tener su Dropbox de pasión pero entonces, aquello era puro amor 2.0.
En el verano del 2008 me disponía a recorrer en coche el oeste de Estados Unidos. Mi madre insistió en que llamará con frecuencia sin importarle el coste telefónico. Buscando una solución más económica, creé un blog y cada noche en un teclado sin tildes, ni ñ, a monedas, contaba mis peripecias. Familia y amigos se sumaron a leer la bitácora.
Mi madre falleció poco después y entre otros recuerdos me quedan sus comentarios en el blog.
Internet es el medio, las emociones las pones tú.
¿Te animas a compartir tus propios ejemplos?
Snif snif… me has llegado a emocionar con estas lineas sobre cómo emocionar en internet
aún de vez en cuando sigo entrando en ukoegin y me sigo emocionando leyendo crónicas de partidos, viendo fotos, y recordando como siempre serás nuestro entrenador :)
Eskerrik asko Bego. Por gente como tú mantengo la página. Además de los estupendos años que pasé con vosotras, fuisteis mi motor para querer saber más del mundo web para daros lo os merecíais y terminó siendo mi profesión. Os debo más de lo que pensáis.
Has conseguido que suelte la lagrimilla…
¿Lloran los androides con lágrimas eléctricas?